Tuesday, 2 February 2016

¿Por qué es difícil escribir un blog sincero en estos tiempos?

Quizás porque esta mañana, al abrir el periódico, busqué sin éxito al menos una noticia positiva y no he podido encontrar nada…Porque me parece una falta de respeto escribir sobre mis pocas horas de felicidad, cuando sé que miles y millones de personas sufren las graves consecuencias de la guerra, el destierro y el hambre. Porque la Europa por la cual lucharon mis padres y mis abuelos se está desmoronando frente a la avaricia, el egoísmo y la hipocresía. Porque… todavía  me acuerdo de aquella historia de la Segunda Guerra Mundial contada por mi abuela, que en paz descanse. De aquella chica judía, que la joven señorita conoció en las fiestas de sociedad búlgara…Y que llevaba la estrella de David encima de su elegante vestido. Y de la respuesta que mi ingenua abuela recibió, al expresarle su preocupación por lo incómodo que era llevar aquella señal infame. Una respuesta corta y contundente – “Mejor esto, que mandarnos a Polonia”. Así, mi abuela supo que existían los campos de concentración.  Porque al parecer nadie sabía nada. Al parecer… Y eso, en el único país (Bulgaria), junto con Dinamarca, que salvó, en la medida que pudo, su población judía de las cámaras de gas.  ¿Y los demás? En toda aquella Europa, ¿nadie veía lo que pasaba a las puertas de sus casas? Y porque hoy en día, hay gente que niega el Holocausto… Hasta tal punto, que los mismos alemanes tienen que confirmarlo.

Porque es más fácil cerrar los ojos, mirar lo bien que vivimos y no aceptar nuestra responsabilidad individual y como sociedad… Aferrarnos a las ambiciones propias y presentarlas como algo que hacemos por los demás. Porque sabemos que las voces de la conciencia no llegan a los que venden armas y seres humanos, centrados en su particular Juego de Tronos. Yo, personalmente, no sé cómo duermen tranquilos por las noches, como suben a sus aviones privados, como miran a sus hijos o nietos pequeños.  Y no piensan  en las atrocidades cometidas con sus armas por sus mercenarios como tampoco ven en los ojos de sus hijos los ojos de otros niños – hambrientos huérfanos, violados y mutilados, viviendo el infierno en la tierra.  No entiendo esta gente. No entiendo su afán de mostrarse buenos, su perverso interés por el protagonismo caritativo, su derroche opulento, cuando, en realidad, son los vilanos de la película. Quizás teman el Karma y piensan que así podrían comprar su benevolencia… como compran todo lo demás.

Por esto, últimamente me es muy difícil escribir de la belleza del mundo, aunque la hay, por cierto, y muchísimo.
Porque a mí, que no tengo nada que vender, y vivo de mi trabajo y de lo de mi familia, me pesa esta irresponsabilidad social que se extiende como una lacra alrededor. Esta busca de lo morboso y lo atroz, sin medios para cambiarlos. El torcido uso de la democracia, o su desuso, mejor dicho, para servir a los intereses particulares de unos pocos. Me choca no sólo la falta de ideas, sino de ideologías. En una escala, donde la integridad y la solidez de las creencias son raras piezas de museo, y que…desgraciadamente se quedarán allí, porque no ayudan a la supervivencia política y social.

Decidí escribir estas líneas a raíz de los últimos ataques a mi blog, que, francamente, me parecen estúpidos e inexplicables…

Ahora, los que les interesa destruir el pensamiento  libre, por lo menos, tendrán alguna razón….

1 comment:

  1. Me pareció interesante desde el punto de vista que abordaste el tema, siempre es bueno conocer el otro lado de la historia.

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